Neonatología

Neonatología

sábado, 5 de septiembre de 2015

CUIDADOS MEDIATOS DEL RECIÉN NACIDO

Aseo del recién nacido
El baño es uno de los cuidados rutinarios que se le realizan al recién nacido, para su limpieza y mejor bienestar. Cada madre debe tener la oportunidad de observar la demostración del baño y, si es posible, realizarlo, una vez que enfermería realice la demostración y diga las instrucciones necesarias, para evitar dificultades cuando el niño se incorpore a la comunidad.
Después del nacimiento enfermería debe:
  1. Limpiar la sangre de la piel, pero no se trata de quitar el vérnix caseoso completamente, solo el que se encuentra en los pliegues porque puede causar irritación, a no ser que esté manchado de sangre o meconio. El vérnix sirve para proteger la piel y desaparece de forma espontánea en 24 h. 
  2. Durante la estancia hospitalaria del niño, se debe garantizar el baño con agua estéril, jabón suave y torundas de algodón estéril. 
  3. No se debe usar jabones fuertes, ni polvos, debido a la sensibilidad de la epidermis del niño, que le pueden provocar irritación o lesiones graves en la piel.
  4. En el momento del baño se debe cumplir los principios básicos, aunque cada cual desarrolle su propia manera de bañar de acuerdo con su destreza manual, el tamaño y la actividad del niño. 
  5. Se deben extremar las medidas de seguridad y sin violar ninguno de los principios básicos durante su ejecución.
Técnica del baño
Ojos. Se debe utilizar una torunda estéril de algodón con agua en cada ojo, empezando desde el ángulo interno del ojo y siguiendo hacia la esquina exterior. En caso de existir supuración, enrojecimiento o edema se informa del estado al médico para prescribir la conducta que se ha de seguir.
Cara. Se realiza la limpieza en forma de 8, empezando por la zona frontal sin tocar los ojos, no se debe utilizar jabón.
Orejas. Se limpia solo la parte exterior con agua, teniendo como precaución que no caiga agua en el interior del oído y no se debe introducir nada en los oídos.
Cuero cabelludo. Se realiza de forma circular muy superficial con agua y jabón, sin ejercer presión ninguna, pues esta zona es muy delicada, por estar abiertas las fontanelas.
Extremidades superiores. Se empieza por las manos hacia las axilas con agua y jabón, insistiendo en el pliegue bajo los brazos. Se debe enjuagar bien para eliminar el jabón de las manos pues el niño, con mucha frecuencia, se las lleva hacia la boca, y secar bien los pliegues bajo el brazo.
Tronco. Limpiar con agua y jabón, primero la zona anterior y luego la zona posterior. Se debe tener como precaución el secado correcto del cuello.
Extremidades inferiores. Se empieza por los pies hacia la región inguinal con agua y jabón, cerciorándose del secado correcto de los pies.
Glúteos y genitales. En las niñas el esmegma (secreción blanquecina) se puede acumular entre los pliegues de los labios, que se deben limpiar con una torunda de algodón con agua y jabón, utilizando una sola vez cada torunda en dirección desde el frente hacia atrás. En los varones se insiste en el pene, es muy frecuente la adherencia entre el prepucio y el glande del pene, por lo que se acumula orina y esmegma, que se debe retirar cuidadosamente. Los glúteos deben estar bien aseados, retirar el material fecal para evitar irritación perianal.
Principios básicos del aseo del recién nacido. Los principios básicos que se han de cumplir durante el aseo del recién nacido son los siguientes:
  1. Todo el equipo, ropa y material debe estar preparado previamente. Debe haber receptáculos para la ropa sucia y para el material de desecho. 
  2. Asegurar que el ambiente esté libre de corrientes de aire y que la temperatura sea adecuada. La temperatura del agua para el baño debe ser de 37 a 38 oC, el agua que se sienta tibia, probándola con el codo, está aproximadamente a tal temperatura. 
  3. Antes de ejecutar el baño, se debe cerciorar que el niño regule temperatura, que mantenga una temperatura mayor que 36,5 oC. 
  4. Se debe proceder el baño de las áreas más limpias hacia las áreas más sucias. Limpiando primero los ojos, luego la cara, orejas, cuero cabelludo, cuello, extremidades superiores, tronco, extremidades inferiores y, finalmente, las nalgas y los genitales. Cada una de estas partes se deben lavar, enjuagar y secar bien.
Cuidados del cordón umbilical
El cordón umbilical, generalmente se desprende del cuerpo entre el quinto y octavo día después del nacimiento, pero su separación se puede retrasar hasta el decimosegundo o decimocuarto día sin ser causa de inquietud. La exposición del cordón umbilical al aire contribuye a que se seque. Se limpia la base del cordón umbilical con alcohol a 76 % diariamente para que se seque más pronto y disminuya la posibilidad de infección.
No se intenta desprender el cordón antes de que este se separe completamente. Si hay un área inflamada alrededor del muñón o supuraciones con mal olor, que se sospeche un granuloma umbilical, se le realiza una cura con yodo povidona y alcohol, algunos médicos sugieren la utilización de un ungüento antibiótico o el empleo de nitrato de plata a 5 %.
Valoración del peso
El recién nacido se debe pesar al nacer y cada día o en días alternos (Fig. 7.18), según la indicación médica, y el peso se registra con exactitud en la historia clínica. Durante los primeros días del nacimiento, el niño puede perder de 5 a 10 % de su peso al nacer, esto se debe a la ingestión mínima de líquido y nutrientes. Cuando el meconio empieza a desaparecer de las heces, el peso empieza a aumentar. En lo adelante, el recién nacido debe ganar más menos 30 g diario. Esto es una forma de observar la condición del niño y su progreso; cuando este no gana peso, tal hecho se informa al personal médico.
  1. Antes de pesar al recién nacido, se bebe cerciorar que la temperatura del ambiente sea adecuada y el niño regule temperatura corporal. 
  2. Realizar desinfección de la balanza, primero con agua y jabón y, posteriormente, desinfectar con alcohol. 
  3. Asegurarse que la balanza esté fiel antes de colocar al niño, de ser necesario ajustarla a "0", para obtener el peso real. Se debe colocar un paño entre la pesa y el niño para evitar el contacto con esta. 
  4. El niño durante la pesada debe estar desprovisto de todo tipo de ropa u objeto que alteren el peso real.

La obtención de los signos vitales es un procedimiento de rutina por el personal de enfermería y es de crucial importancia para detectar alguna anormalidad en el neonato. Cualquier recién nacido se considera inestable, si sus signos vitales no están dentro de sus parámetros normales. Los horarios y los resultados
del control de los signos vitales deben ser registrados en la historia clínica y, de haber cualquier alteración, informar rápidamente al personal médico.
El material que se ha de utilizar (Fig. 7.19) es el siguiente:
  1. Termómetro. 
  2. Estetoscopio. 
  3. Torundas de algodón estéril. 
  4. Receptáculo para el material recuperable y desechable. 
  5. Hoja de anotación.

  1. Temperatura:
    a) Piel: de 36,3 a 37,3 oC.
    b) Central: de 36,5 a 37,5 oC. 
  2. Frecuencia cardíaca: de 100 a 160 lat/min. 
  3. Frecuencia respiratoria: de 40 a 60 resp/min.

El control de los signos vitales debe estar normatizado para que el personal de enfermería que cuide al paciente sepa qué hacer si encuentra alguna modificación en los parámetros. No basta con registrar los signos vitales, se debe hacer una adecuada interpretación e informar los hallazgos anormales para que se adopten las medidas correspondientes en forma precoz. La evaluación del personal de enfermería es de extrema importancia y debe saber modificar la norma de acuerdo con la necesidad del paciente. Un personal capacitado y con buen criterio es la clave para la buena evaluación de los signos vitales.

Inmunización

El personal de enfermería debe cumplir, de manera estricta, el esquema de vacunación infantil que se lleva a cabo en Cuba, con la finalidad de disminuir algunas enfermedades que se pueden evitar mediante la inmunidad activa, que es la estimulación de los mecanismos defensivos del organismo susceptible mediante la introducción de microorganismos vivos atenuados, muertos o sus productos.
En los hospitales maternos solo se suministran las vacunas BCG y de la hepatitis B antes de darle el alta hospitalaria. Enfermería se debe asegurar de registrar la fecha en el carnet de salud infantil y observar las posibles reacciones una vez suministrada.
BCG (tuberculosis)
Vacuna viva, atenuada, bacteriana, su potencia es variable alrededor de diez millones de bacilos. Se aplica al nacer en dosis de 0,05 mL, la vía que se utiliza es la intradérmica en el surco inferior del deltoides izquierdo.
Precauciones. No se aplica a gestantes ni a pacientes con sida. Se conserva entre 4 y 8 ºC en frascos de color ámbar para evitar la acción de los rayos ultravioletas que inactivan la vacuna. Se utiliza de 3 a 4 h después de abierta por no contener preservativo. Se debe agregar al diluente por las paredes del frasco, suavemente, y agitar con movimientos lentos.
Reacciones adversas. Por vía subcutánea produce aumento de ganglios axilares, que duran hasta 10 días. Por vía intramuscular provoca necrosis del músculo deltoides.

VHB (hepatitis viral)

Compuestas por fracciones o subunidades elaboradas por ingeniería genética. Se presenta en forma líquida y tiene como componente el timerosal y el hidróxido de aluminio. Se administran 0,5 mL por vía intramuscular en el tercio medio de la cara anterolateral del muslo.
Reacciones adversas. Dolor en el sitio de inyección. El personal de enfermería debe tener como precaución que no se debe utilizar la región glútea para la vía intramuscular en la vacunación, porque la grasa inhibe la acción de la vacuna, al disminuir la inmunogenicidad, ya que inactiva el coadyuvante que potencializa la vacuna. El cuadrante es muy pequeño y se puede dañar el nervio ciático, provocar, desde el dolor y cojera, hasta parálisis, en dependencia de la zona afectada; también puede dañar el paquete vasculonervioso y la arteria femoral que puede llevar a la muerte.
Principios básicos de la inmunización. El cumplimiento de estos principios es muy importante, por lo que el personal de enfermería debe conocerlos, estos son:
  1. Los envases multidosis se deben agotar durante la sesión de vacunación. Conviene ajustar los horarios y citas para realizar la vacunación, de modo que el envase se pueda agotar en la misma jornada. Las dosis no aplicadas de esos bulbos utilizados se deben desechar. 
  2. Una vez abierto un envase múltiple, no se debe exponer a la luz, ni a temperaturas ambientales. Se debe retornar el envase al frigorífico, si la aplicación de la siguiente dosis no es inmediata. 
  3. Las vacunas víricas se deben preservar de la luz. Su conservación y manipulación ha de ser cuidadosa debido a su inestabilidad, ya que sufren pérdidas de 50 % de actividad después de las 5 h. 
  4. La temperatura ideal de almacenaje es de 2 a 8 oC. La temperatura interna no debe exceder de los 10 oC. 
  5. No se deben suministrar vacunas que estén vencidas, por lo que se debe tener en cuenta el último mes indicado en el envase.

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